lunes, 26 de diciembre de 2011

Macarena, su leyenda...

 
NO PODEMOS SABER QUIEN SOMOS, SI NO SABEMOS DE DONDE VENIMOS...
 
Como sabéis, la Esperanza Macarena es la imagen más conocida de Sevilla a nivel universal. Uno de los misterios más escondidos del arte sevillano es precisamente el nombre de su autor. Tradicionalmente se creía que la hizo la Roldana (Luisa Roldán de Mena), pero estudios recientes han desmentido esta teoría. Se han ofrecido nombres como Juan de Mesa o Francisco Ruiz Gijón, incluso se ha dicho que la hizo un ángel.

Pero la leyenda de la Macarena se refiere a un suceso que ocurrió a poco de fundarse la hermandad, mediante el cual la cofradía no pudo procesionar hasta el Hospital de las Cinco Llagas. Según la leyenda un viajero que iba a embarcarse hacia las Indias cayó enfermo antes de subirse al barco y lo llevaron al Hospital de las Cinco Llagas, hoy sede del parlamento andaluz. No se pudo hacer nada por su vida y murió sin haber hecho testamento. Al cabo de un año nadie reclamó el cadáver y el hospital decidió quedarse con lo que llevaba. Abrieron su maleta y allí encontraron la mascarilla y las manos de una Virgen bellísima.

A pesar de la belleza de la imagen, las monjas que se hicieron cargo de ella no encontraron un altar donde colocar a la Virgen debido a la falta de espacio que había en la capilla, así que la guardaron en lugar seguro.

Unos años antes, a finales del siglo XVI, se fundaba una hermandad en el antiguo convento de San Basilio (de ahí se cree que se originó el nombre Macarena, pero de eso hablaremos otro día). Hoy está desaparecido, pero estaba en la calle Relator. Esta hermandad sólo tenía un crucificado que procesionaba en Semana Santa. Con el paso de los años decidieron adquirir una Virgen, a la que darían la advocación de la Esperanza.
Ya de vuelta en el hospital, la leyenda cuenta que a mediados del XVII necesitaban un reloj con campanas para los servicios religiosos. Providencialmente, la hermandad de la calle Relator tenía un reloj que les había donado un devoto, pero no lo utilizaban porque se servían del que tenían los monjes del convento de San Basilio. Entonces propusieron cambiar la Virgen por el reloj.

Pero no fue tan fácil: el administrador del hospital no quería perder del todo la imagen, por lo que exigió que no constase como permuta definitiva, sino como cesión temporal sine die. La hermandad podía anular el acuerdo cuando quisiera, pero no así el hospital. Los hermanos añadieron que en ese caso no haría falta ninguna firma, sino que bastaría con que la imagen entrara en los terrenos del hospital para que perdieran la titularidad sobre ella.

Este contrato se cumplió escrupulosamente cuando años después el administrador quiso deshacer el contrato, pero los hermanos se negaron: solo si la Virgen entraba en el hospital la perderían.

Años después la hermandad se estableció en la iglesia de San Gil, donde estaría casi 300 años. En una ocasión un Viernes Santo la techumbre de la iglesia se hundió cuando la hermandad estaba en medio de la procesión, de forma que cuando regresaron no pudieron entrar en el templo. Los cofrades pensaron que lo mejor sería entrar en el hospital de las Cinco Llagas para resguardar a las imágenes, y allí se dirigieron. Pero cuando estuvieron a punto de llegar a la cruz que marcaba el terreno del hospital un anciano empezó a dar voces advirtiendo a los cofrades de que no entraran allí. Le hicieron caso y el anciano contó al hermano mayor que si entraban ahí perderían a la Virgen inmediatamente. Al preguntarle cómo sabía eso, respondió que 80 años atrás él había sido aprendiz de relojero y había ayudado a colocar el reloj en el hospital a cambio del préstamo de la Virgen.

Por si acaso, los hermanos decidieron llevar las imágenes a la iglesia de San Hermenegildo, en la Puerta de Córdoba. Según la leyenda, durante la historia esta escena se ha repetido varias veces. En todas ellas ha sido la gente del barrio de la Macarena la que se ha negado a que la Virgen entrara.

Si esta leyenda fuera cierta, hoy habría prescrito, pues en los años sesenta como ocasión de las misiones (las mismas que originaron la leyenda del Gran Poder), la Virgen entró en el hospital a visitar a los enfermos. A la salida no le pusieron problemas, por lo que hoy sigue en la Basílica, bien protegida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 19 de diciembre de 2011

Él pone la poesía, tú la voz...


Debo reconocer en mis 39 años de vida que tengo que soy una persona muy dura a la hora de soltar una lágrima. Me cuesta muchísimo trabajo, menos con ELLOS, mi Cristo de la Sentencia y mi Virgen de la Esperanza.

Y el sábado fué uno de esos dias señalados que tengo que poner en rojo en el almanaque de mi vida.

Ese día visitaba el Cartero Real a los niños de Oncología del Hospital Macarena, una visita que pocas personas pueden aguantar el tipo, pero que sale con una satisfación enorme, al ver a esos pequeños angelitos soltar una sonrisa que te cautiva, y que nos dió a todos una grandísima lección, que detrás de cada problema que podamos tener cada uno en su vida diaria se convierte en polvo al ver lo que alli te encuentras.

En dicha visita hubo varias actuaciones para darles aunque fuera por unas horas a estos angelitos un ratillo de felicidad y que se olvidaran de esas penurias que le rodeaban cada día. Hubo un mago que con sus prodigiosas manos nos embelesó a todos, niños y mayores. Un Coro de Campanilleros que nos llevó a nuestra más tierna infancia, recordando aquellos coros que solían cantar por las calles en aquellas frías noches de Diciembre.

Y llegó él. Una de las personas de las que se puede considerar como el corazón más grande que se pueda tener. Alli donde le necesiten, alli donde haga falta, ahí estará. Alex Ortiz. Un macareno por los cuatros costados, que con su melódica voz nos deleitó a todos, como él bien dice, con el único villancico que se sabe.

Y para mi sorpresa, para sorpresas de todos, nos recitó un poema hecha canción, unas sevillanas dedicada a la Hermandad que él tanto ama, como tanto amamos, nuestra Hermandad de la Macarena. Una sevillana inédita, que sin lugar a dudas, fué lo que acabó dando esas Esperanzas que estoas criaturitas necesitaban.

Debo reconocer que me pudo, que me costó mantener el tipo mientras lo grababa con el móvil, mientras la oía atentamente, mis ojos se inundaron de lágrimas. Se unieron muchísimas circunstancias para que ello ocurriera. Navidad, en el lugar que estabamos, con qué motivo, de quien hablaba estas sevillanas, unas letras muy bien cuidadas, y un cante de altísima calidad.

Y ahora quiero compartirlos con todos vosotros. Quiero que lo disfrutéis casi igual que yo lo disfruté. Y solo casi igual, porque os puedo asegurar que jamás lo hareís como yo lo hice ese día.

Gracias, Alex, por ese corazón tan macareno, que no te cabe en el pecho, y por tu poesía echa voz.

Un gesto que llega al corazón...

 Por XVI año, las Hermandades de Vísperas organizaron la visita del Paje Real al área de oncología del Hospital Virgen Macarena. Este año el Paje

martes, 13 de diciembre de 2011

Poema al Señor de la Sentencia



Poema de Rafael Oñós, dedicado al Señor de la Sentencia de la Hermandad de la Macarena de Sevilla, recitado por su hijo Pablo Oñós. Compuesto en el año 1985, fue dedicado en vida a Avelino Vega, donante de Flores Macareno. Este montaje de video esta realizado con todo el respeto hacia el autor del poema, hacia el que lo recita (Pablo) y hacia los propietarios de las imágenes, música y macarenos, habiendo sido realizado como acompañamiento de este poema cofrade para deleite de todas las personas devotas de la Hermandad de la Macarena y Semana Santa sevillana.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Ya queda menos...


Cuadrante de ensayos en la Hermandad de la Macarena:

Día 2 de Febrero, igualá de la Virgen.

Día 3 de Febrero, igualá del Señor.

Día 9 de Febrero, igualá de los aspirantes.

Día 10 de Febrero, 1º ensayo del Señor.

Día 17 de Febrero, 2º ensayo del Señor.

Día 24 de Febrero, Via-Crucis del Señor de la Sentencia.

Días 2, 9, 16 y 23 de Marzo, ensayos de ambos pasos.

Ya huele a Navidad...