Desde pequeño fue un sueño, el sueño de cualquier macareno, ser los pies de Nuwstro Señor de la Sentencia y de su Bendita Madre, Nuestra Señora de la Esperanza.
Y gracias a Dios, y sobre todo, gracias a Ellos, ese sueño pide hacerlo realidad.
Pero todo tiene un principio y un final, y después de más de una década siendo un "privilegiado", acabó mi sueño. Y si, he disfrutado mucho, muchísimo con Ellos. He soñado con Ellos, en cada levantá, en cada chicotá, en cada revirá, y es hora de retirarse y dar paso a las nuevas generaciones que tienen el mismo sueño que yo tuve desde niño.
En estos años he tenido momentos malos, momentos fatigosos, pero sobre todo, momentos muy buenos, y con estos últimos me quedo. Pero este sueño perdurará hasta el último día de mi vida.
Y solo me queda dar las gracias a todas y cada una de estas personas que hicieron posible que este sueño se hiciera realidad, por su ayuda, por su apoyo, por esos momentos que estaban junto a mi cuando las cosas no eran tan bonitas. Y sobre todo, gracias a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, a Maria Santísima de la Esperanza Macarena, y a Nuestra Señora del Rosario, por permitirme ser sus pies por Sevilla y pasear pasearlos como sólo Ellos se merecen.
Siempre soñé con esos momentos, y soñé, soñé con Ellos, con cada noche del Jueves Santo, con cada lágrima de los macarenos viendoles la carita, y fue un bonito sueño, un sueño precioso.....
Nunca dejéis de soñar.
Y gracias a Dios, y sobre todo, gracias a Ellos, ese sueño pide hacerlo realidad.
Pero todo tiene un principio y un final, y después de más de una década siendo un "privilegiado", acabó mi sueño. Y si, he disfrutado mucho, muchísimo con Ellos. He soñado con Ellos, en cada levantá, en cada chicotá, en cada revirá, y es hora de retirarse y dar paso a las nuevas generaciones que tienen el mismo sueño que yo tuve desde niño.
En estos años he tenido momentos malos, momentos fatigosos, pero sobre todo, momentos muy buenos, y con estos últimos me quedo. Pero este sueño perdurará hasta el último día de mi vida.
Y solo me queda dar las gracias a todas y cada una de estas personas que hicieron posible que este sueño se hiciera realidad, por su ayuda, por su apoyo, por esos momentos que estaban junto a mi cuando las cosas no eran tan bonitas. Y sobre todo, gracias a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, a Maria Santísima de la Esperanza Macarena, y a Nuestra Señora del Rosario, por permitirme ser sus pies por Sevilla y pasear pasearlos como sólo Ellos se merecen.
Siempre soñé con esos momentos, y soñé, soñé con Ellos, con cada noche del Jueves Santo, con cada lágrima de los macarenos viendoles la carita, y fue un bonito sueño, un sueño precioso.....
Nunca dejéis de soñar.