Una aberración humana...

Desde que Dios creó al hombre, siempre ha ido éste último por la vida, siempre sin generalizar, con la maldad, la barbarie, la aberración y el hacer el daño posible como bandera de la raza humana.

Y una vez lo ha vuelto a demostrar, donde unos desalmados, sin corazón ni respeto ninguno, cosa que dudo que puedan tener, asaltaron el almacén de la Hermandad de las Siete Palabras, de Sevilla, llevandose consigo las antigüas bambalinas de plata del palio de Nuestra Señora de la Cabeza, una autentica joya de los talleres de Villareal, de 1968, que procesionaron hasta 1997. Estos señores de lo ajeno, porque no pueden recibir otro nombre, no se quedaron satisfechos. Y para poder engullir más su orgullo de persona barriobajera se llevaron también una pareja de águilas bicéfalas del paso de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, junto con una de las cartelas. Y porque no les dió tiempo a más...

Yo, como hermano de las Siete Palabras que soy, rezo para que aparezca estas valiosísimas piezas, más sentimentales que de valor, que dicho de paso, son bastantes cuantiosos. Y sobre todo, que Nuestra Señora de la Cabeza sepa perdonales a estos malandrines, pero lo que más deseo es que caiga el peso de la ley sobre ellos, porque no se pueden ni imaginar el daño que ha hecho a estos hermanos, que el único delito que han cometido es alabar a Dios, mediante su Cristo de las Siete Palabras, Jesús de la Misericordia y María Santísima de la Cabeza.

Como cristiano que soy, aparte de hemano de la Cofradía, y costalero que fuí de la Virgen de la Cabeza y Jesús de la Misericordia, tengo que perdonar. Si, perdonar, pero no olvidar.

Ojalá todo sea un mal sueño, y estos tan apreciados enseres vuelvan a donde les corresponde, a la Hermandad, y que todo pase pronto, sin ningún susto de por medio.