lunes, 19 de diciembre de 2011

Él pone la poesía, tú la voz...


Debo reconocer en mis 39 años de vida que tengo que soy una persona muy dura a la hora de soltar una lágrima. Me cuesta muchísimo trabajo, menos con ELLOS, mi Cristo de la Sentencia y mi Virgen de la Esperanza.

Y el sábado fué uno de esos dias señalados que tengo que poner en rojo en el almanaque de mi vida.

Ese día visitaba el Cartero Real a los niños de Oncología del Hospital Macarena, una visita que pocas personas pueden aguantar el tipo, pero que sale con una satisfación enorme, al ver a esos pequeños angelitos soltar una sonrisa que te cautiva, y que nos dió a todos una grandísima lección, que detrás de cada problema que podamos tener cada uno en su vida diaria se convierte en polvo al ver lo que alli te encuentras.

En dicha visita hubo varias actuaciones para darles aunque fuera por unas horas a estos angelitos un ratillo de felicidad y que se olvidaran de esas penurias que le rodeaban cada día. Hubo un mago que con sus prodigiosas manos nos embelesó a todos, niños y mayores. Un Coro de Campanilleros que nos llevó a nuestra más tierna infancia, recordando aquellos coros que solían cantar por las calles en aquellas frías noches de Diciembre.

Y llegó él. Una de las personas de las que se puede considerar como el corazón más grande que se pueda tener. Alli donde le necesiten, alli donde haga falta, ahí estará. Alex Ortiz. Un macareno por los cuatros costados, que con su melódica voz nos deleitó a todos, como él bien dice, con el único villancico que se sabe.

Y para mi sorpresa, para sorpresas de todos, nos recitó un poema hecha canción, unas sevillanas dedicada a la Hermandad que él tanto ama, como tanto amamos, nuestra Hermandad de la Macarena. Una sevillana inédita, que sin lugar a dudas, fué lo que acabó dando esas Esperanzas que estoas criaturitas necesitaban.

Debo reconocer que me pudo, que me costó mantener el tipo mientras lo grababa con el móvil, mientras la oía atentamente, mis ojos se inundaron de lágrimas. Se unieron muchísimas circunstancias para que ello ocurriera. Navidad, en el lugar que estabamos, con qué motivo, de quien hablaba estas sevillanas, unas letras muy bien cuidadas, y un cante de altísima calidad.

Y ahora quiero compartirlos con todos vosotros. Quiero que lo disfrutéis casi igual que yo lo disfruté. Y solo casi igual, porque os puedo asegurar que jamás lo hareís como yo lo hice ese día.

Gracias, Alex, por ese corazón tan macareno, que no te cabe en el pecho, y por tu poesía echa voz.

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