sábado, 1 de diciembre de 2012

Otra vez aqui, Madre

Madre, después de pasar por un letargo de problemas y atravesar un desierto he vuelto, con más fuerzas si cabe, donde en ningún momento he dejado de creer en ti, donde siempre ha reinado la Esperanza de poder salir adelante.

Aún no se ha terminado este agonizante viaje, pero poco a poco, con tu protección todo acabará pronto.





A tí, Padre, que nunca me abandonaste, a ti que siempre me has estado protegiendo en estos momentos tan duros por los que estoy atravesando, a sabiendas de que te tengo bastante abandonado, pero sabes el motivo. Otra vez estoy aqui, y pronto me tendrás a tu lado, donde ya no me separaré de tí.

Y deseando de que llegue la hora donde la Reina de Dios baje de los Cielos, para estar junto a sus hijos macarenos, donde sin duda, no faltaré a la cita. Amén.

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